Una de las consignas más antiguas y consolidadas de nuestra marca es “La calidad no se toca”. El café es un producto vivo, sujeto a variables tan difíciles de controlar como los cambios climáticos, los imprevistos meteorológicos o la evolución socioeconómica de cada zona. Por eso Ramón Martí, director de producción de Mama Same, licenciado en biología y gran amante y conocedor del café, busca cuidadosamente las mejores cosechas allá donde estén, en cada momento y para cada línea de café. Desde 1989, hasta la actualidad y por muchos años, nos mantenemos fieles a ese principio. Y ese principio nos recompensa cada día con la fidelidad de nuestros clientes.
En nuestra nave de Piera huele a café recién tostado cada mañana. José Criado, nuestro maestro tostador, lleva más de veinte años preparando el producto de manera tradicional: su oído, su olfato y su vista son esenciales para que cada tueste tenga ese punto medio que permite apreciar la calidad de nuestros orígenes. Marta Llamas controla el envasado y un correcto etiquetado, y se asegura de que se mantenga la trazabilidad en cada tueste. Todas las tardes, decenas de envases de Cafés Mama Same viajan cuidadosamente desde Piera hasta nuestra delegación de Sant Andreu de La Barca y, desde allí, nuestros comerciales los llevan a tu establecimiento. Aconsejamos que consumas el producto en menos de seis meses y así lo hacemos saber en el etiquetado. De esta manera te garantizamos siempre un café que conserva todo su aroma, sus propiedades y su excelente sabor.
Para nosotros el espresso perfecto es una bebida con cuerpo y mucho aroma. Un café equilibrado, con suave crema color avellana y un sabor limpio que perdura en la boca. Conseguimos el espresso perfecto cuidando cada detalle de la selección, transporte, tueste y envasado del producto, siguiendo rigurosos controles de rotación. Por eso, cada vez que abres un paquete de Mama Same, encuentras un café recién tostado que despierta todos tus sentidos y, una vez servido, enamora a cada cliente.