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El café y los genes

· 12/12/2021

Los genes pueden ser los culpables en que te encante o detestes el café. Los científicos están descubriendo cómo el nerviosismo, el insomnio incluso el sabor están influenciados por pequeñas variaciones en el código genético.

Una taza de café caliente es una parte necesaria de la rutina matutina de millones de personas en todo el mundo. Pero para otras, consumir una pequeña cantidad de cafeína puede provocarle nerviosismo o mantenerlas despiertas toda la noche. ¿Por qué la cafeína afecta a las personas de formas tan dramáticamente diferentes? La respuesta están en los genes.

Marilyn Cornells, investigadora de cafeína en la Universidad Northwestern en Chicago, Illinois explica que tenemos factores genéticos incorporados que nos ayudan a autorregular nuestra ingesta de cafeína.

Los bebedores habituales de café desarrollarán cierto nivel de tolerancia a la cafeína con el tiempo, que se puede revertir dejando de tomar la taza diaria. Pero si evitas el café porque te produce ansiedad o insomnio podría deberse a variaciones tan pequeñas como un solo nucleótido en su ADN: la A, G, C y T del alfabeto genético.

La forma en que tu cuerpo maneja la cafeína en tu sistema, es el trabajo de tu metabolismo y cuando se trata de cafeína, hay dos genes que manejan el trabajo: 

•    CYP1A2 produce una enzima hepática que metaboliza aproximadamente el 95 por ciento de toda la cafeína ingerida. 
•    AHR controla la cantidad de esa enzima que produce. 
Juntos, controlan la cantidad de cafeína que circula en el torrente sanguíneo y durante cuánto tiempo.

Si eres un metabolizador rápido, o si fumas, acelera el metabolismo, la cafeína no permanecerá lo suficiente como para afectar profundamente los centros de estímulo de tu cerebro, por lo que podrías tomar otra taza. Pero si produce menos enzima que elimina la cafeína, una mayor cantidad de la sustancia química circulará en tu cuerpo por más tiempo, lo que significa que puede afectarte por más tiempo. 

La expresión de los receptores de adenosina está regulada por un gen conocido como ADORA2A, y numerosos estudios apuntan a variantes en este gen que influyen en su reacción a la cafeína. Podría ser una de las razones por las que algunas personas experimentan insomnio incluso después de un sorbo temprano en el día. También se ha descubierto que juega un papel en la ansiedad, que puede causar ansiedad disruptiva en personas con una determinada variante del gen.
Las variaciones en el gen del receptor de dopamina DRD2 también pueden influir en tu devoción o aversión al café. Y el gen ABCG2, que participa en el transporte de compuestos a través de la barrera hematoencefálica, puede afectar la cantidad de cafeína que llega al sistema nervioso central, descubrió Cornelis.

Aparte de la cafeína, el café en particular puede ser una bebida polarizante debido a su sabor y olor, otro conjunto de factores que están influenciados por nuestros genes.

En un estudio en el Monell Center en Filadelfia, la investigadora del gusto y el olfato, Danielle Reed, analizó la actividad de genes que están involucrados en la percepción del sabor amargo.  Cuando el grupo de Reed examinó los genes correspondientes del receptor amargo, encontraron que esos genes eran más activos en los bebedores de café de gran volumen. Pero otros participantes del estudio carecían por completo de la variante genética para poder saborear el amargor de la cafeína.